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de seguros

01/03/2013

En los últimos tiempos y a medida que se acentúa la crisis, los bancos se han lanzado a la conquista del sector asegurador. Sus principales armas para conseguir captar pólizas son la imposición y la caza y captura del cliente, entre otras malas artes, que comentaremos más adelante.

Todos los bancos venden seguros, pero no explican ni cuentan la verdad sobre lo que venden. Por norma general, los productos que colocan benefician principalmente a la Entidad y no tanto al asegurado. Como ejemplos, los seguros de Coche, los seguros de hogar, y los seguros de Vida.

Seguros de vida: El capital de fallecimiento que exigen contratar es el total de la deuda además de incluir una cláusula hipotecaria a favor del banco. En caso de fallecimiento o de invalidez del asegurado, el que cobra es la entidad bancaria. Hasta aquí todo claro.

Sin embargo, lo que no cuentan es que, dado el caso, al que le toca pagar los impuestos es al beneficiario. Es decir, el importe rescatado supondría un aumento del patrimonio de beneficiario por lo que debe de tributar en la casilla de “capital mobiliario” de la Declaración de la Renta. Así que el beneficiario, en el ejercicio fiscal siguiente al rescate del seguro de vida, tendrá que prepararse para pagar a Hacienda una cantidad que, dependiendo de las circunstancias personales del beneficiario, puede ser importante.

Al final, con la Claúsula Hipotecaria baja la Hipoteca, el banco cobra, pero el beneficiario debe de reunir en pocos meses bastante dinero para poder hacer frente a los Impuestos derivados del cobro del seguro. En muchas de estas ocasiones, éste acaba pidiendo un préstamo al propio banco, con lo que obtienen doble ganancia.

Seguros de hogar: Los bancos exigen poner como capital de Continente el 100% de la Hipoteca. Sin embargo, esto es un error ya que ninguna compañía de seguros va a pagar esa cantidad. El capital de Continente se refiere a lo que costaría construir de nuevo su vivienda, materiales y mano de obra. No incluiría ni el valor del suelo ni la comisión del Promotor y tampoco los impuestos por la compra-venta que entran en el precio de compra de la vivienda y, por ende, en el importe del Préstamo Hipotecario.

Por consiguiente, con esta práctica, se estaría incurriendo en un supraseguro por el que el tomador estará pagando mas de lo necesario. Aquí el banco es el único que se beneficia ya que la prima del seguro es más cara y, por tanto, su comisión es mayor.

Seguros de coche: Las malas artes utilizadas por los bancos para tratar de vendernos son tan variadas como curiosas. Entre alguna de ellas, está la famosa devolución del recibo para tener la oportunidad de decirle al cliente que su compañía actual le está cobrando mucho. Otra práctica muy frecuente en los últimos meses es cargar el recibo del seguro a la cuenta de algun familiar de primer grado del asegurado (padre, hermano, hijo, etc) , que también tiene cuenta en el mismo banco, para que éste tenga que realizar las gestiones de modificación con su aseguradora, creyendo que se trata de un error por parte de la compañía o el mediador, circunstancia que aprovecha la entidad bancaria para ofertar su estupendo seguro de coche. Sin embargo, cuando convencen a sus clientes olvidan decirles que ellos se limitan a cobrar la comisión a cambio de no realizar labor alguna.

Cuando ocurre un siniestro, el cliente se siente perdido ya que en su oficina bancaria, aquella que le vendía con tanta insistencia el seguro, le remiten a una plataforma de Atención al cliente. Para acceder a estos servicios, normalmente hay que llamar a un número 902 que paga el cliente, a 0,50 euro/minuto desde un móvil. Estas llamadas suelen tener una duración entre 6-10 minutos, por lo que el coste resulta bastante elevado.

Una vez más, el banco sale ganando porque cobra su comisión pero no realiza labor alguna de asesoramiento, ni atiende siniestros ni revisa las pólizas del cliente. Cuando vienen los problemas, el cliente tiene que buscarse la vida.

 

 


 


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